Los mejores trípodes pequeños y ligeros para llevarte de viaje

Es una de esas compras importantes, un producto que nos debe durar toda la vida y del que estar seguro de su utilidad según nuestras necesidades. Un buen trípode sirve tanto para grabar vídeo como para hacer fotografía, más aún cuando se trata de paisajes o fotografía de larga exposición. Tras utilizar durante años un…

Trípodes de viaje de fibra de carbono

Es una de esas compras importantes, un producto que nos debe durar toda la vida y del que estar seguro de su utilidad según nuestras necesidades. Un buen trípode sirve tanto para grabar vídeo como para hacer fotografía, más aún cuando se trata de paisajes o fotografía de larga exposición.

Tras utilizar durante años un pesado Manfrotto 055XB con una rótula de vídeo y enfocando ahora mi trabajo más hacia la foto que al vídeo, parecía buena idea sustituirlo por otro buen trípode de fotografía que no suponga una carga pesada en viajes. Así que me puse manos a la obra.

Estas son las diferentes claves en las que me basé para comprar mi nuevo trípode:

Peso y tamaño

No por evidentes resultan menos importantes. Un trípode de viaje debe ser fácil de llevar. Al igual que elegimos uno o dos objetivos que llevar por peso y espacio, el trípode no debe molestar o cansarnos. También debe ser fácil de llevar en una mochila. La mayoría de trípodes viajeros miden entre 35 y 45 cm., un tamaño ideal para llevarlos en el equipaje de mano en aviones o en una mochila de trekking.

Aluminio o fibra de carbono

Depende del presupuesto, pero yo lo tengo claro: fibra de carbono. Pesa menos y este trípode nos tiene que durar muchos años, por lo que amortizaremos de sobra esos 50-80€ más que cuestan frente a su versión en aluminio. No hay mucha diferencia más allá, puesto que existen modelos con la misma longitud y rótula en las dos opciones de construcción de las patas.

Peso que soportan

Si disponemos de una cámara sin espejo y objetivos de rango medio-bajo, podremos optar a unos trípodes en torno a los 100€. Si tenemos réflex y objetivos “pata negra”, hay que rascarse el bolsillo. Ninguna novedad en este mundillo; si quieres lo mejor, debes gastarte dinero. En mi caso dispongo de una 5D MarkII y objetivos de la serie L de Canon; el más pesado, el 70-200 f/2.8. Junto a la cámara suman 2,5 kilos aproximadamente.

Es importante tomar en cuenta este dato puesto que no solo dependemos de él para que el trípode no se rompa, sino también para asegurarnos de su buena estabilidad. Una corriente de aire puede mover un trípode frágil y fastidiarnos una fotografía de larga exposición de un paisaje.

Comparativa de trípodes para viajes

MarcaModeloPeso (kg.)cm.SoportaPrecio
ManfrottoBefree1,1404 kg.~300€ Ver precio
ZomeiZ699C1,4763513 kg.~120€ Ver precio
VanguardVeo 2 235CB1,240,56 kg.~180€ Ver precio
RolleiCompact Traveler No.10,98338 kg.~120€ Ver precio
K&F ConceptBA2251,01358 kg.~140€ Ver precio

El elegido: Rollei Compact Traveler No.1

Rollei Compact Traveller No.1 abierto al máximo, con la cámara colocada para hacer la foto en formato vertical

No es perfecto, pero para mí es la mejor opción frente a todos los competidores con los que lo he comparado. Que la barra central no sea ajustable puede suponer una gran pega, pero queda compensado con creces al pesar menos de un kilo y ser el más pequeño de todos con solo 33 cm.

Su precio es también muy, muy ajustado, en torno a 120€ en negro o naranja. A pesar del precio, no está fabricado por una empresa china, sino que Rollei es de origen alemán.

Mi experiencia con él durante un fin de semana de trekking es que apenas si te das cuenta de que lo llevas. Es lo suficientemente pequeño y compacto como para acoplarlo a cualquier mochila. La rótula de bola es, aunque no de clip; aun así, en menos de 10 segundos puedes tener perfectamente sujeta la cámara.

Desplegar el trípode es un proceso de dos partes. Por un lado hay que doblar las patas por completo para sacar la barra vertical y, por último, aflojar las doce tuercas con goma (cuatro por pata), estirar las patas y apretar. Esto es lo más pesado de todo el proceso pero llegas a aprender a hacerlo muy rápido.

Sorprendentemente, el trípode cabe más que de sobra en una mochila pequeña de 10 litros.

Además del trípode y la rótula de bola, trae un par de herramientas, una bandolera para colgárnoslo del hombro y una bolsa de tela fina para mantenerlo protegido.

Adaptador para el móvil

No es mala idea llevar encima también este Manfrotto Mclamp para utilizar el trípode y estabilizar una foto o un vídeo que hagamos con el teléfono, sea iPhone, Android, etc. Con apenas 40 gramos de peso y un tamaño de 10×15 cm., no notaremos su presencia en la mochila y nos vendrá bien cuando lo necesitemos.

Manfrotto Mclamp


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Antonio Rull