WhatsApp: el castigo de los medios

Probablemente lo verías anunciado, probablemente te suscribirías y probablemente te llegaron los mensajes por Whatsapp que desde eldiario.es mandamos el día de las elecciones andaluzas para informar de las principales novedades, los escrutinios, etc. Un canal novedoso en el que los medios están entrando con cuentagotas: las radios lo utilizan para que los oyentes les…

Probablemente lo verías anunciado, probablemente te suscribirías y probablemente te llegaron los mensajes por Whatsapp que desde eldiario.es mandamos el día de las elecciones andaluzas para informar de las principales novedades, los escrutinios, etc. Un canal novedoso en el que los medios están entrando con cuentagotas: las radios lo utilizan para que los oyentes les manden notas de voz (los mensajes de contestador de toda la vida) y grandes como la BBC lo utilizaron en unas elecciones en India o en una iniciativa para educar en la prevención del ébola en África occidental.

La planificación y operativa de esta experiencia estuvo coordinada por Juan Luis Sánchez y dos personas, Antonio Rull y Ana I. Cordobés, estuvimos específicamente dedicados a esto durante varios días. En la fase previa a la jornada electoral, compañeros como Belén Picazo también trabajaron para incentivar la participación en este experimento. Durante la jornada electoral, Whatsapp pasó a ser una herramienta más a tener en cuenta durante el día, como otras redes sociales, desde la redacción de eldiario.es. No son pocos recursos para un medio sin muchos, como es eldiario.es.

Mandamos mensajes a 2600 personas distribuidas en 17 listas de difusión diferentes. Se utilizó un lenguaje específico para Whatsapp, diferente por ejemplo al que se utiliza para Twitter o Facebook. El ritmo de publicación fue poco intensivo ya que el objetivo que nos marcamos para esta ocasión no era la generación de audiencia masiva desde la aplicación sino la generación de una nueva comunidad de consumo de información. Consultamos a los que participaron días después de las elecciones y nos dijeron que acabaron bastante contentos.

Han pasado unos días y queremos compartir algunas conclusiones con vosotros y con compañeros de otros medios. Creemos que es interesante preguntarnos que si en España el 70% de quienes utilizamos un smartphone tenemos Whatsapp instalado y lo usamos, ¿por qué no se implanta en todos los medios ya? No depende de nosotros, sino de Whatsapp. Y Whatsapp no quiere que esto pase.


Leyendo un tuit del director del Knight Center of Journalism, Rosental C. Alves, encuentro una pista importante sobre por qué Facebook puede respetar esta estrategia:

Whatsapp ni tiene ni se plantea crear una API para que desarrolladores terceros puedan crear aplicaciones que utilicen la plataforma que compró Facebook por 19 000 millones de dólares.


Sí, si quieres castigar al Community Manager de tu empresa o medio di las palabras mágicas: “Vamos a integrar Whatsapp”.

El procedimiento es así: un móvil, un número de teléfono, una aplicación que bloquee las llamadas entrantes, que tus destinatarios añadan ese número a su agenda e ir creando listas de difusión de 256 en 256 destinatarios, teléfono por teléfono (y no te olvides de los números extranjeros) que tiene antes que estar añadido a ese móvil que recibe un mensaje de Whatsapp por segundo aproximadamente. Fuera notificaciones push, por supuesto. Nosotros añadimos el paso de que quien se apuntara lo hiciera en una página donde incluía su número y aceptaba las condiciones legales.

¿Y por qué no añadir los números nosotros directamente y enviarlos si se registraron en la web? Fácil también: no recibes mensajes de listas de difusión creadas por números de teléfono que no tienes en tu agenda de contactos. Tiene sentido, de no ser así el spam que recibiríamos nos haría huir de Whatsapp en dos minutos.

¿Y qué pasa si mando mensajes a muchas listas de difusión sin cerciorarme de que los destinatarios tienen mi número en la agenda de su móvil? Whatsapp te banea. Punto. Conocido fue el caso del baneo de 24 horas a los que usaban Whatsapp Plus, una aplicación no oficial que con ingeniería inversa se cuela en el sistema de Whatsapp. Menos conocido es el caso de los “relaciones públicas” de discotecas a los que Whatsapp les banea cada dos por tres precisamente por mandar mensajes en listas de difusión y que la mayoría de los destinatarios o bien no le tengan en su agenda o bien los hayan bloqueado. Por eso los medios damos la opción de que se den de baja del servicio, para así borrarlos uno a uno y manualmente, claro, de las listas de difusión del móvil que se usa para el envío.

Entonces, ¿tiene algo de bueno integrar Whatsapp en la comunicación de tu negocio? Por supuesto que sí y podría cargarse de un plumazo a Twitter si quisiera. Pero no quiere.

Con esta decisión de Whatsapp de seguir siendo el Whatsapp que todos conocemos, una aplicación para chatear con tus amigos, sin publicidad, que siempre funciona y donde compartimos nuestras fotos con nuestros amigos mucho más que en Facebook tengo dos opiniones:

Mi “yo marquetiniano” entiende que el paso lógico de Facebook tras comprar Whatsapp era desterrar Messenger y utilizar el empuje de Whatsapp como herramienta de chat móvil de Facebook. De esta forma consigue que chateemos en Facebook, haciendo lógicos los enlaces profundos en nuestros móviles y llevando poco a poco las empresas a Whatsapp, primero con notificaciones de las páginas de Facebook y luego a las notificaciones más directas, incluso la publicidad.

Mi “yo personal” (con el que llevo más tiempo y del que me tengo que fiar algo más) me dice que es una inmejorable noticia que uno de los grandes ogros de Internet, una de las empresas que más información privada tiene de nosotros -con la que mercadea- decide que uno de sus productos estrella debe mantener la esencia que se curtió mucho antes de que ellos metieran mano. Por una vez vamos a tener un gran servicio online sin que el marketing se meta de por medio, y solo nos va a costar una mínima cuota anual. Suena demasiado bien, pero de momento va a seguir siendo así. De momento.


Y parece que el propio Facebook le da la razón a “mi yo personal”. En la pasada conferencia de desarrolladores, la F8, Facebook le dio muchísimo peso a Messenger, su otra aplicación para chatear y para la que, aquí sí, los desarrolladores terceros podrán incluir sus aplicaciones y utilizar el servicio para la atención al cliente, vender con un simple “Me gusta” o lo que cualquiera se pueda inventar.

Un momento: ¿Facebook tiene dos aplicaciones para chatear, Messenger con 600 millones de usuarios y Whatsapp con 700, y no las fusiona? Sí. Mi “yo marquetiniano” tampoco lo entiende (mucho menos viendo el CTR que desprende) salvo que en un futuro Facebook mate a Whatsapp en beneficio de Messenger.

¿Qué pueden/podemos hacer los medios?

Oficialmente nada. Ni en Whatsapp ni en Facebook nos hacen caso (ni a nosotros ni a otros compañeros, incluso de EEUU) porque sencillamente su silencio les delata, no se quieren dejar embaucar por la posibilidad de cambiar las reglas del juego, de plantarle cara a Twitter con un servicio de notificaciones de noticias en el móvil que además puedas compartir con tus amigos, que son quienes te leen (no todos tienen miles de followers con los que conversar) y quieren salvaguardar la integridad de Whatsapp y sus usuarios. Paralelamente Facebook parece que quiera vendernos Messenger para esto, poniéndonos las cosas fáciles en esa aplicación que teóricamente también tienen instalados en su móvil quienes usan Whatsapp (con una diferencia de cien millones de usuarios, claro). Dudo que pase.

“Hasta que Whatsapp decida qué hacer con los medios, todo estará en fase beta”

Compañeros de otros medios parecen coincidir en este diagnóstico:

Whatsapp es una app tremendamente hermética. Están totalmente centrados en su producto, y según parece en sus planes no entra trabajar con los medios de comunicación. Si hasta Telefónica les ofreció programar gratis su aplicación para el Firefox OS y rechazaron la propuesta.
Los pocos que se han lanzado hablan de excelentes CTR. Yo lo veo como un Twitter para los que no usan Twitter por lo complicado que es para los new users. En Expansión también estamos debatiendo su uso, pero siempre teniendo en cuenta que es un servicio de pruebas.
@felizari. Expansión.com

El riesgo es que debido a la alta carga de trabajo, solo se actualice cuando está el responsable de redes sociales. La gestión es un poco rudimentaria. Sería genial poder hacer una integración con el CMS para que pueda gestionarse desde allí, pero no sé si Whatsapp lo facilita.
@xavialcaraz, SMM y redactor de Diario Sport

“La mayor pega es la inseguridad y después, las dificultades técnicas”

Inseguridad porque WhatsApp puede bloquearte un número sin mayor explicación y eso, en acciones que están vinculadas a momentos concretos (Elecciones, campeonatos, estrenos…) puede convertirlas en un fracaso total. Y dificultades técnicas porque el uso en móvil es inviable para gestionar un número elevado de usuarios, el uso web tiene muchas limitaciones y las herramientas de gestión pueden hacer saltar las alarmas de WhatsApp por posibles automatizaciones.
El uso publicitario del canal era tabú y siguen sin preocuparse por facilitar el acceso a marcas (Aunque dicen que les divierte ver cómo nos comemos la cabeza para usarlo). Pero por muy exitosa que sea, no podrá aguantar eternamente sin ser rentable.
– Sonia Got, Coordinadora de Redes Sociales de Mediaset

A los medios solo nos queda armarnos de valor y estadísticas para saber si nos conviene integrar un servicio de notificaciones masivo tan manual, tan propenso a errores humanos y expuesto permanentemente al yugo del baneo de Whatsapp por envíos masivos a destinatarios que no lo han solicitado. Eso o hacerle la campaña del siglo a Telegram animando a la gente a que se lo instale para recibir las notificaciones en el móvil, porque Telegram sí que contesta nuestros mensajes, sí que te da opciones y sí que ofrece APIs y bots para hacer lo que todos estamos haciendo (o experimentando) con Whatsapp.

La innovación en este lado de Internet está atada por los pies y el nudo lo ha hecho Whatsapp. De momento no nos lo va a aflojar. Eso no significa que no vayamos a seguir experimentando.

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Antonio Rull